La Resistencia ante la Violencia Institucional
La conducción del Colegio, encabezada por su presidente, ha ejercido una violencia institucional inadmisible. Ante el cierre del jardín, los familiares y representantes de la comunidad afectada solicitaron reuniones, propusieron soluciones económicas y llevaron adelante manifestaciones pacíficas, todo sin obtener respuesta. La negativa de las autoridades y su desdén ante estos pedidos ha desencadenado una ola de indignación y ha impulsado a los familiares a unirse en una movilización sin precedentes, cuyo objetivo es convocar una asamblea extraordinaria que permita una discusión pública y abierta.
 
Una Llamada a la Acción: Unimos Nuestras Firmas
La causa es clara: este cierre no solo desafía a las familias, sino que atenta contra un espacio de contención y desarrollo creado para ellos. Las acciones legales ya están en marcha, y cada firma cuenta en la lucha por defender un derecho legítimo. A todos los colegas matriculados, se los invita a sumarse y a firmar en la entrada del Tribunal. El respaldo de la comunidad legal es esencial para lograr que se escuchen nuestras voces y poner freno a la violencia institucional que se intenta imponer.
 
Además, numerosos padres y madres del Jardín han iniciado acciones legales para revocar la decisión ilegítima del directorio, adoptada en la cuestionada reunión del 10 de septiembre de 2024. En esta instancia, el presidente del Colegio deberá, por primera vez, brindar explicaciones serias y fundamentadas, alejándose de las respuestas que hasta ahora ha ofrecido: bravatas, actitudes autoritarias y argumentos engañosos.
 
La mediocridad intelectual que predomina en el oficialismo del directorio ha transformado sus reuniones en un espectáculo que recuerda a los paneles televisivos de chismes, donde las decisiones de fondo parecen importar menos que la postura y la imagen. Actualmente, la causa se encuentra en trámite en el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Cuarta Nominación de Rosario, y con ella se busca transparencia y justicia para una decisión que afecta directamente a la comunidad y a un legado institucional construido con esfuerzo y dedicación.
 
En la reunión de directorio del 1 de octubre de 2024, el argumento económico esgrimido para justificar el cierre del jardín quedó finalmente desenmascarado. En esa sesión, y en un acto que ha sido calificado de manipulación evidente, se presentó a último momento un informe dirigido exclusivamente a sustentar el cierre del jardín. Este informe, falaz y sin fundamentos transparentes, pretendió imponer la narrativa de un déficit financiero irremediable.
Sin embargo, en esa misma reunión se propuso una alternativa concreta: una cuota de equilibrio que ajustaría los gastos en relación con la cantidad de niños, eliminando así cualquier déficit y los reclamos de un grupo de colegas alentados por el propio presidente del Colegio. Esta alternativa, razonable y viable, fue desestimada de plano, revelando que el cierre del jardín no obedece a causas económicas, sino a otros intereses que las autoridades intentan ocultar tras informes y decisiones que distan de ser transparentes.
 
El cierre del jardín del colegio no obedece a causas económicas.
 
El cierre del jardín no es una cuestión económica, sino el resultado de una estrategia calculada de resentimiento y anulación de los logros alcanzados por gestiones anteriores. La incapacidad de la actual administración para presentar iniciativas eficaces y transparentes para los matriculados ha llevado a una política de destrucción de proyectos previos, en lugar de construir sobre ellos.
Aún hoy, los gastos reales asociados al espacio de coworking—un proyecto que apenas se utiliza y carece de impacto en las delegaciones—no han sido incorporados formalmente en actas de directorio ni presentados de manera transparente. La opacidad en el manejo de estos recursos revela una gestión sin claridad ni compromiso con las necesidades reales de la comunidad colegiada.
 
No debemos olvidar que el jardín lleva el nombre de Juan Carlos Martorana, en homenaje y memoria de quien fuera presidente del Colegio de Abogados, elegido en 2017 y fallecido el 10 de mayo de 2018. Martorana fue el autor intelectual y material de esta obra educativa única en la historia del Colegio, un proyecto que representa su legado y su visión de una institución al servicio de su comunidad. Su nombre no solo simboliza un espacio para las familias, sino también un compromiso con el progreso y la formación integral, en clara oposición a la línea de conducción actual.
 
Ante el silencio cómplice y poco profesional de un sector del periodismo que se autodenomina especializado, la situación del Jardín Familiar del Colegio de Abogados de Rosario continúa sin recibir la atención adecuada en los medios. La falta de cobertura y análisis crítico de los hechos ha contribuido a mantener en la sombra decisiones controvertidas que afectan a toda la comunidad de abogados y a sus familias.