En la resolución de conflictos comerciales existe una forma de evitar que lleguen a instancia judicial. Se trata del arbitraje, un sistema en el que dos partes en pugna se ponen de acuerdo para dirimir sus problemas de manera pacífica y aceptan el "laudo" -el equivalente a la sentencia del juez- dictado por el "árbitro". El proceso puede utilizarse en el caso de inconvenientes con inversiones y se puede realizar tanto en conflictos locales como internacionales. En diálogo con la nacion, el francés Alexis Mourre, presidente de la Corte Internacional de Arbitraje -dependiente de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, por sus siglas en inglés)-, quien visitó la Argentina para participar de una jornada sobre esta temática, organizada por el capítulo local de la ICC y la Cámara Argentina de Comercio (CAC), afirmó que la Argentina es "muy importante para el desarrollo del arbitraje en América latina", y evaluó que es necesario impulsar este tipo de procesos para poder generar más seguridad jurídica y atraer inversiones.

¿Cómo evalúa la seguridad jurídica en la Argentina hoy?

-La Argentina está considerando adoptar una nueva ley de arbitraje que, según entiendo, estaría inspirada en la ley modelo [de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Cnudmi)] y eso sería un desarrollo importante. Actualmente hay una situación de incertidumbre que deriva del hecho de que no hay una ley de arbitraje. Además, los laudos emitidos aquí o los internacionales son apelables ante instancias judiciales, y eso es incompatible con el desarrollo del arbitraje internacional. Espero que la ley nueva que se adopte sea buena. Si eso sucede estoy seguro de que será una contribución muy importante al desarrollo del arbitraje en la Argentina, y también al desarrollo del país en general.

-¿Cuáles son los beneficios de impulsar el arbitraje para el clima de negocios de un país?


-La adopción de un marco legal favorable al arbitraje es importante para el desarrollo de un país y crea un clima que anima a los inversores.

-En términos de regulación no hay una ley específica de arbitraje, ¿pero hace falta que la Argentina tome algún paso más para que lleguen esas inversiones?


-La adopción de una ley de arbitraje sería un elemento muy importante para crear seguridad jurídica y para dar más previsibilidad. Sería un paso muy importante para generar un clima más seguro para inversiones.

-¿Cómo se encuentra el continente en cuanto a este aspecto?

-Hubo un desarrollo muy importante en muchos países latinoamericanos. La mayoría adoptó leyes modernas, generalmente inspiradas en la ley modelo, y eso favorece mucho al desarrollo del arbitraje. Tales son los casos de Colombia, México, Chile y Brasil, un país en el que, a pesar de la crisis, el arbitraje se desarrolló muchísimo. América latina evolucionó hacia un concepto más internacional del arbitraje y a la superación de algunos conceptos locales que en el pasado han obstaculizado estos procesos.

-¿Con qué límites se puede encontrar un proceso de arbitraje?

-El arbitraje de los litigios de comercio internacional ahora es ampliamente reconocido y usado, incluso en América latina. Hay límites que siguen, por ejemplo en casos como México en cuanto a los contratos públicos de infraestructura. Hay algunos límites específicos al arbitraje que dependen de cada país, pero generalmente es admitido en América latina.

-¿Cómo entra en juego el arbitraje cuando hay economías más proteccionistas como hubo y hay en la región?

-Lo que vemos es que incluso un país como la Argentina se da cuenta de que tiene que dar pasos para adoptar marcos legales más favorables al arbitraje. Incluso países que han sido más reticentes evolucionan en la dirección correcta para adoptar leyes.

-Y en el pasado, ¿hubo dificultades con estas economías?

-En el pasado hubo dificultades. Sigue habiendo países donde hay intervenciones judiciales que son contrarias a la autonomía del arbitraje. Hay países en los que se siguen anulando laudos, en particular cuando hay intereses del Estado implicados, pero hay un convencimiento general de que hay que adoptar los principios fundamentales que son el reconocimiento del arbitraje, el reconocimiento de la autoridad de las partes y el reconocimiento de la efectividad de los laudos.

-¿Qué sucede cuando hay intereses contrapuestos como los que decía? ¿Nota que el arbitraje se considera como un factor de pérdida de soberanía?

-Eso es una aproximación que en el pasado ha sido muy difundida en América latina, y creo que cada vez es menor. Hoy es más aceptado que empresas estatales y entidades públicas puedan someter disputas internacionales al arbitraje. Así es en la mayor parte de los países y en particular en los países favorables al arbitraje. El Estado es el actor más significante de la economía, y para que el arbitraje pueda ser efectivo tiene que aceptar que esas disputas comerciales se sometan al arbitraje.

-¿Cómo cree que evolucionará la importancia del arbitraje en un mundo que va a estar más globalizado, pero a la vez con estas contratendencias de proteccionismo y fragmentación?

-Claramente hay una tendencia actual de desconfianza hacia el arbitraje de inversión por parte de algunos estados. Es una tendencia que hemos visto, por ejemplo, en el marco del TTIP entre Europa y Estados Unidos [la Asociación Transatlántica del Comercio y la Inversión, una propuesta de tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el país norteamericano que también propone realizar cambios sobre el arbitraje de inversiones entre ambas partes].

-¿A qué se refiere?

-Hay que separar esta problemática específica de lo que es el arbitraje comercial, que sigue siendo el método usual y reconocido internacionalmente de resolución de las disputas de comercio internacional. Es muy importante que los problemas políticos que se han ido desarrollando sobre los temas de inversión [con respecto al TTIP] no contaminen al arbitraje tradicional , que sigue gozando de la confianza de los estados y del público, de entidades públicas y de la comunidad empresaria mundial. También hay desafíos de los costos y de los tiempos para el arbitraje que aumentaron. Aquí compete a las instituciones de arbitraje internacionales como la ICC tomar las medidas necesarias para que el arbitraje siga siendo una forma eficaz y justa de resolver litigios.

Por: Sofía Terrile

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/